Edificio de estilo barroco, terminado en 1739, pone de manifiesto una arquitectura austera y muy formal. A pesar de esta rigidez, la Iglesia se levanta en el espacio con equilibrio y monumentalidad. Su torre campanario, separada del cuerpo principal de la Iglesia, es el elemento arquitectónico que rompe la monotonía del conjunto.

Pero es en su interior que se revela la real riqueza de esta Iglesia. Su majestuosa talla barroca, de estilo joanino, la extraordinaria calidad de la imagen y los paneles de azulejos que revisten la capilla mayor, causan un vivo efecto de deslumbramiento.